Análisis de los sistemas legados

Agosto 11, 2005 - Publicaciones

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Los sistemas legados ( legacy systems) han sido objeto de muchas discusiones en los últimos años. Los directores de sistemas los heredaron.

Los proveedores los defienden (ya que suelen estar escritos en tecnología propietaria, lo cual amarra al cliente).

Los usuarios los quieren porque funcionan bien, pero los malquieren cuando necesitan hacerles cambios (y el mundo insiste en seguir cambiando).

Los programadores que los entienden son muy pocos y la mayoría están pensionados (o pronto lo estarán).

La documentación de dichos sistemas, todos coinciden, debe ser hecha por alguien más.

La Real Academia Española dice que legado es "aquello que se deja o transmite a los sucesores, sea cosa material o inmaterial", lo cual es totalmente apropiado.

Durante más de 15 años todos han sabido que los sistemas monolíticos en tecnologías propietarias deben ser reemplazados o convertidos, pero en lugar de ser responsables, lo han dejado para el que viene atrás.

Los sistemas cliente/servidor son más modernos; hace solo 10 años que sabemos que hay que deshacerse de ellos.

Pero el problema no es sencillo, reemplazar sistemas que se han desarrollado a través de décadas no es barato e implicaría una alta inversión.

Para complicar las cosas, resulta que mantener esos sistemas tampoco es barato debido a su desactualización. Ah, pero realizar el cambio es muy riesgoso pues los sistemas legados son una bomba de tiempo: si nadie los conoce y entiende, y si el mundo cambiante exige hacerles variantes, en cualquier momento dejarán de funcionar.

Los proveedores, de casi todas las tendencias, ahora dicen haber resuelto el dilema: no reemplace ni convierta los sistemas que funcionan bien, intégrelos con nuevos sistemas en nuevas tecnología que le permiten aprovechar la Internet, el comercio electrónico y otras aplicaciones.

Esta sugerencia de los proveedores es, a todas luces, altamente irresponsable.

Lo que están sugiriendo es que no resuelvan el problema, que lo dejen para el que viene atrás (solo que más grande porque al utilizar estas nuevas tecnologías para integrar cosas disímiles, la complejidad total crece más que proporcionalmente).

Pero, a pesar de lo irresponsable del planteamiento, es muy bien recibido, ya que le permite a todos recibir el bono de este año, y patear la bola hacia adelante.

El próximo año el que viene atrás que arree.

Artículo publicado en el periódico La Nación