Digitalizar un país, por pequeño que sea, no es fácil ni rápido, pero es necesario y urgente. La asimilación de la tecnología digital en el quehacer diario de la población costarricense es necesaria si queremos pasar a ser un país desarrollado.
Para que Costa Rica pase a ser un país desarrollado en los próximos 13 años, debemos triplicar la producción nacional. No es razonable pensar en triplicar la producción nacional a base de aumentar la escala de los sistemas productivos, eso es, triplicando la cantidad de tierra cultivada, y triplicando el tamaño de las fábricas. Para triplicar la producción nacional debemos aumentar considerablemente nuestra productividad. Tampoco es razonable esperar que aumentemos nuestra productividad trabajando tres veces más duro y/o más largo.
Feroz competencia
La urgencia de la digitalización no viene solo de las décadas perdidas sino, y sobre todo, de la feroz competencia global en la que debemos desempeñarnos. Los países más y mejor digitalizados son, hoy en día, además, los que más rápido avanzan en el desarrollo y despliegue de nuevas tecnologías para lograr todavía mayores aumentos en productividad.
Está de sobra demostrado que, en los últimos 12 años, la tecnología digital ha sido responsable de un enorme aumento en productividad a nivel global. Durante los primero 40 años de la computación, el aumento en productividad debido a la tecnología digital fue modesto. Las capacidades de conectividad ofrecidas por Internet cambiaron profundamente el papel de la tecnología en la economía mundial. Hoy en día, el aumento en productividad debido a la aplicación de tecnología, ya no se duda ni se discute.
No solo en oficinas
Es un error suponer que la tecnología digital solo aumenta la productividad de los trabajadores de oficina con trabajos que tienen un alto contenido de información y conocimiento. No es difícil imaginar un agricultor, conectado (a altas velocidades con voz, datos y video en un dispositivo portátil) con los asesores del MAG (quienes reducirán drásticamente su viajes y quintuplicarán la cantidad de agricultores asesorados por mes) y con los mercados nacionales e internacionales.
Dicha conectividad habilitaría a los agricultores para tomar mejores decisiones de qué producir, cómo cuidar sus cosechas y cuándo llevarlas al mercado, pudiendo además evitar varios niveles de intermediación. Tampoco es difícil imaginarse un sistema de transporte público controlado por tecnologías digitales, que optimiza el tiempo de los pasajeros y minimiza la contaminación ambiental. Sistemas portuarios en los que la mercadería no espera, ni antes ni después de atracar en el muelle, la información fluye de manera que todos los operarios saben qué tienen que hacer en qué momento con cuáles contenedores (el éxito del puerto de Singapur no se debe a que sus trabajadores trabajan muy duro, se debe a los sistemas de información que hacen que las mercaderías fluyan de manera ininterrumpida).
Educación y capacitación
Para lograr la deseada asimilación de las tecnologías digitales, se necesita algo más que inversión, se necesita educación y capacitación dirigida y coordinada. Los centros educativos deben producir el tipo de trabajador y en las cantidades adecuadas según los requerimientos del sector productivo. La articulación y coordinación con el sector productivo es también necesaria y urgente si hemos de lograr el paso hacia una economía basada en información, conocimiento e innovación.
Desafortunadamente, el aumento en productividad, si bien es necesario, no es suficiente para sacar un país del subdesarrollo. Entre otras cosas es necesario aumentar la transparencia del país. La aplicación de las tecnologías digitales puede, y debe, aumentar la transparencia de los países más opacos. Costa Rica tiene varias décadas de contar con una bolsa de valores, pero seguimos sin un mercado de valores; los empresarios prefieren pedir prestado (con márgenes financieros altos) que vender patrimonio. La falta de transparencia nace de la falta de confianza, que, a su vez, viciosamente, genera mayor opacidad.
Adecuada infraestructura
Obviamente, la digitalización del país no es posible sin contar con la adecuada infraestructura de telecomunicaciones. El ICE ejecuta actualmente proyectos que aumentarán masivamente, tanto en cobertura como en redundancia, la red de fibra óptica sobre la cual circulará toda nuestra información. Adicionalmente, el próximo año contaremos con una nueva red celular capaz de transportar datos y videos a altas velocidades para 1,5 millones de clientes. No es posible sobreestimar la importancia de ejecutar dichos proyectos a tiempo, ya que sin ellos la digitalización del país no pasará de ser una buena idea.
Costa Rica Digital es un esfuerzo conjunto del INCAE y el Club de Investigación Tecnológica. Costa Rica Digital, gracias al apoyo de patrocinadores y el esfuerzo de expertos en los diferentes temas, ha elaborado y presentado al presidente de la República una “Estrategia Digital de Costa Rica”. Dicho documento resume una serie de iniciativas de productividad, educación, transparencia y conectividad que creemos deben ser ejecutadas conjuntamente por el sector privado, el sector académico y el Gobierno para impulsar el desarrollo económico, la equidad social y la gobernabilidad del país. El documento está disponible en www.clubdeinvestigacion.com
Artículo publicado en el periódico La Nación