Ecosistemas digitales enfermos

julio 21, 2008 - Publicaciones

Compartir

La capacidad de producir riqueza digital varía enormemente de un país a otro. Entendemos por riqueza digital, la riqueza producida, tanto por la producción o venta de tecnologías y servicios digitales, como aquella producida por la utilización de estos.

Hay varios factores que determinan la producción de riqueza digital: los recursos humanos capacitados son, sin duda, necesarios; la disponibilidad de capital de riesgo es necesaria para la creación de nuevas empresas de base digital; la capacidad, visión y entendimiento gerencial para la adopción exitosa de nuevas tecnologías es requisito para que las organizaciones usuarias puedan lograr niveles superiores de productividad.

Factor crítico. Los ecosistemas digitales son la combinación de actores (empresas, personas e instituciones), tecnologías y conocimientos necesarios para crear riqueza digital. La evidencia sugiere que, si bien los recursos humanos, financieros y organizacionales son necesarios, no son suficientes para producir riqueza digital de una manera creciente sostenible. La salud del ecosistema digital es uno de los factores más críticos para la creación de riqueza digital sostenible.

Hay países que, con la mejor de las intenciones, han intervenido y, luego de un impacto puntual de corto plazo, lo que han logrado es enfermar su ecosistema digital. Hay otros países que no han intervenido en la conformación de su ecosistema, pero (en parte debido a su falta de tamaño) han permitido que algunos proveedores de tecnología y/o grupos de interés intervengan en la conformación del ecosistema, obteniendo también como resultado un ecosistema poco saludable.

Ejemplos de ecosistemas digitales enfermos abundan. Uno frecuente en países en vías de desarrollo es la escasa o nula disponibilidad de servicios de “outsourcing”. Esto suele deberse a que la principal motivación para el “outsourcing” es la reducción de costos, no la mejora del servicio. En los países en vías de desarrollo, los costos (sobre todo del recurso humano) son bajos, aunque la calidad del servicio deja mucho que desear.

Otro ejemplo son los países que obligan a las agencias estatales a utilizar software de código abierto (también conocido como software libre). Esto tiende a sesgar fuertemente la capacitación técnica del recurso humano hacia el software libre, produciendo una marcada escasez de personal especializado en software propietario, lo cual, a su vez, incide negativamente sobre la implementación de las últimas tecnologías (por ejemplo, tecnologías de integración de sistemas), evitando así la creación de riqueza digital.

El ejemplo contrario también es cierto. Cuando proveedores y/o grupos de interés son exitosos en impedir el crecimiento natural del software libre, se produce una escasez de personal técnico capacitado en dicha tecnología, lo cual genera un gasto excesivo en tecnologías propietarias e incluso obsoletas.

Dinosaurios tecnológicos. Sin embargo, el ecosistema más enfermo de todos es aquel que todavía alberga los dinosaurios tecnológicos. Estos dinosaurios son los sistemas propietarios que no se adhieren a ningún estándar abierto, son los que generan dependencia del proveedor. Estos sistemas obligan a mantener personal técnico capacitado en tecnologías de antaño, cuyo costo es muchas veces superior al de tecnologías semejantes basadas en estándares abiertos, y además inflingen en la organización una rigidez que la inhabilita para competir; es decir, estos sistemas no solo no crean riqueza digital, sino que la destruyen.

En el Instituto de Ecosistemas Digitales e Inteligencia de Negocios, de la Universidad Tecnológica de Curtin, este tema está adquiriendo suma relevancia. Si bien es claro que falta mucho por entender, también es claro que la salud del ecosistema digital requiere una equitativa representación de todos los actores relevantes y el destierro de los actores perjudiciales. Para que el ecosistema digital sea saludable, debe estar completo.

Artículo publicado en el periódico La Nación