Ejercicio mental

noviembre 8, 2005 - Publicaciones

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De la misma manera que el cuerpo necesita ejercitarse para mantenerse (combatiendo los estragos del tiempo), la mente también lo necesita.

Para ejercitarla, se suele leer materiales que, además de entretenernos, nos enseñen, o por lo menos que nos pongan a pensar.

Cuando terminamos un libro, artículo o ensayo que cumpla con la función de ejercitar la mente nos sentimos mejor, la sensación no es muy diferente de la que obtenemos luego del ejercicio físico.

Es, sin embargo, muy difícil saber si un material de lectura va a cumplir con la necesidad de ejercitar la mente. Alternativas claro que hay, pero son muy pocos los que tienen la inclinación y/o la disciplina de ponerse a hacer ejercicios matemáticos por pura calistenia.

Los crucigramas son retadores, pero pronto aprendemos a reconocer el torcido sentido de la semántica de quienes los hacen. Para resolver los más difíciles solo hay que saber más palabras.

Pero ahora contamos con una excelente alternativa, el Sudoku. He oído toda clase de tácticas y estrategias. Incluso, he oído de quienes logran resolverlos bateando.

El Sudoku de categoría fácil que aparece en La Nación entre semana no toma más de 10 minutos. A los que nos gusta leer el periódico temprano (con el café bien caliente) son 10 minutos muy placenteros que le agregamos al ritual (o le quitamos a las noticias aburridas). El de categoría difícil de los domingos puede tomar más de una hora, puede dejarnos frustrados todo el día, puede evitar que leamos el resto del periódico o puede hacer que el resto de la familia no encuentre la sección respectiva. Pero la sensación que nos deja el ejercicio mental bien vale los riesgos.

Artículo publicado en el periódico La Nación