Esta semana La Nación publicó, para sorpresa de nadie, que el proyecto de Gobierno Digital, anunciado con bombos y platillos en el 2002, se encuentra estancado. También, esta misma semana publicó La Nación un informe de la encuesta que hizo la comisión que fue creada para estudiar, discutir, analizar y recomendar acerca del futuro de la Tecnología de Información y Comunicaciones en este país de Dios.
La encuesta realizada entre todas las instituciones públicas muestra lo obvio: el Gobierno Digital está en la cola de un venado. Aparentemente, los resultados de la encuesta carecen de cierta validez estadística ya que muchas instituciones no se molestaron en contestar (podría ser que están muy ocupadas terminando sus proyectos de Gobierno Digital ). La comisión, entonces, recomienda que las instituciones se pongan las pilas, que definan su estrategia, que capaciten a su gente, que consigan presupuesto, y, por supuesto, que saluden a la bandera.
Proyecto rentable. En muchas ocasiones he mencionado que el proyecto de Gobierno Digital es el proyecto más rentable que cualquier gobierno puede emprender; debe de ser por eso que todos los gobiernos del mundo civilizado le están poniendo tanto empeño. La tecnología permite mejorar sustancialmente la calidad de los servicios estatales y, al mismo tiempo, reducir su costo, también sustancialmente. Es obligación preguntarse quiénes se oponen a semejante proyecto (aunque, claro está, los que se oponen no van a levantar la mano).
El Gobierno Digital les permite a los ciudadanos acceder a servicios estatales por medios digitales. Todos los ciudadanos del mundo prefieren interactuar con los prestadores de servicios estatales por medios digitales en lugar de viajar por calles congestionadas y hacer filas interminables. Los gobernantes racionales también prefieren ofrecer los servicios por medios digitales pues no solo reducen el costo enormemente, sino que son mucho más precisos y efectivos. Yo personalmente sostengo que, si la Tributación Directa contara con un sistema moderno que permitiera (¿obligara?) a todos los contribuyentes a declarar en línea, no haría falta Plan Fiscal; de hecho vengo diciendo esto desde mucho antes que se inventara el Plan Fiscal.
Tiempo del fusil de chispa. Es necesario destacar la mención que hace la noticia del Ministerio de Hacienda, como la única institución que ha avanzado en sus planes de Gobierno Digital. Un ministerio que ha tenido tres ministros en los últimos tres años ha avanzado sin directrices por su cuenta. Todo avance es mejor que cualquier atascamiento. Pero debemos ver las cosas como son, el proyecto de compras en línea empezó hace cinco años y todavía no pueden recibir cotizaciones en línea, la Tributación Directa sigue con un sistema del tiempo del fusil de chispa (hay que preguntarse: ¿cómo harían si les aprobaran el Plan Fiscal?). El gran avance del Ministerio de Hacienda en los últimos años es el proyecto de aduanas (TICA), el cual todavía no ha entrado en funcionamiento y al cual le deseamos el mayor éxito, pero estamos seguros va a encontrar fuerte resistencia de parte de los que defienden el statu quo.
El proyecto de Gobierno Digital es, por la naturaleza de las instituciones públicas, un proyecto multisectorial que debe ser coordinado centralmente, si cada uno camina por su lado (suponiendo que ninguno fuera influenciado por proveedores que defienden sus intereses), la interoperabilidad entre los sistemas de las diferentes instituciones podría darse por casualidad, no por diseño. El cierre, por lo tanto, de una oficina de Gobierno Digital en Casa Presidencial, podría verse como desinterés por el resultado potencial o como interés por el resultado actual.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, Costa Rica el año pasado pasó del lugar 39 al 61 en el mundo de acuerdo a su índice de conectividad. Es claro que en Costa Rica debemos tener más conectividad que el año anterior, pero el índice es relativo a los demás países, si todos se mueven hacia delante y uno se queda parado, el resultado es que queda más atrás.
Me parece muy preocupante que, mientras todos los países (aún los no muy civilizados) se esfuerzan por mejorar su conectividad y brindarles a sus ciudadanos nuevas maneras de interactuar con el Gobierno, Costa Rica hace encuestas entre sus instituciones. Mientras todos quieren un Gobierno Digital, en Costa Rica ostentamos un Gobierno Analógico (o ¿será más bien ilógico?).
Artículo publicado en el periódico La Nación