Es de todos sabido que la mayoría de empresas e instituciones en Costa Rica iniciaron tarde el proceso de revisión, corrección y prueba de sistemas de cara al cambio de siglo (conocidos ahora como proyectos Y2K). Durante los últimos 15 meses se ha hecho un trabajo enorme, la situación ha mejorado muchísimo, pero todavía falta lo mejor.
Recientemente leímos estudios y análisis internacionales que califican el avance de Costa Rica muy por debajo de lo que nuestra Comisión 2000 estima. En este caso es claro que la percepción es tanto o más importante que la realidad. Si los inversionistas extranjeros perciben nuestro avance como riesgoso, o si el público nacional no percibe confianza y tranquilidad, de nada servirá el trabajo que se está realizando.
No basta con reparar. En octubre de 1998 escribí acerca de la necesidad de que todas las empresas e instituciones revelen de la manera más transparente el avance de sus proyectos Y2K, me quedé corto. Para empresas e instituciones críticas (aquellas cuyo potencial de daños tiene vastas consecuencia en la economía) no es suficiente haber reparado todos sus sistemas, ni siquiera es suficiente haber comunicado todo con la mejor intención (las páginas en La Nación podrían ser un gran desperdicio). Hay que convencer.
El mayor riesgo en estos momentos pareciera ser la incertidumbre. Recordemos que un cambio de siglo, y con mayor razón un cambio de milenio, conlleva una gran cantidad de incertidumbre. A mediados de diciembre de 1899 el índice Dow Jones cayó un 23 por ciento, por pura incertidumbre, sin necesidad de ningún error informático. Es, por lo tanto, obvio que la responsabilidad de los jerarcas va bastante más allá de hacer todo lo posible por evitar problemas con los sistemas. Además tienen la responsabilidad de, una vez corregidos los sistemas, salir a vender confianza. Y eso no se logra con trucos publicitarios. Yo estimo que hoy la credibilidad de los publicistas es comparable a la de los políticos.
Como Santo Tomás. Tenemos más de un año de estar repitiendo que en los proyectos Y2K debe prevalecer la filosofía de Santo Tomás (no me cuente, enséñeme). Obviamente, la misma filosofía debe prevalecer a la hora de divulgar el avance y los logros de los proyectos Y2K. El pasado 15 de mayo la Bolsa Nacional de Valores nos dio el ejemplo de cómo convencer y transmitir confianza. Ese día, se realizó un simulacro con todos los puestos de bolsa en línea. Se simularon todas las transacciones importantes y todas las fechas importantes, con los equipos y los sistemas reales, los que van a estar operando a fin de año. El resultado exitoso de dicho simulacro, si bien no es una garantía 100 por ciento, nos da una gran confianza en que el sistema bursátil de Costa Rica no presentará problemas con el cambio de siglo.
El esfuerzo requerido para realizar un simulacro es ciertamente considerable, pero yo no me imagino ninguna otra manera en que podamos difundir la confianza necesaria en las empresas e instituciones críticas. Debemos esperar que en los próximos meses podamos ver simulacros similares en los sectores de banca y finanzas, energía, telecomunicaciones, salud, y alimentación. Exijamos que nos convenzan, y los que no son convincentes que nos avisen con tiempo para ver qué hacemos.
Artículo publicado en el periódico La Nación