La regla de las páginas amarillas

Marzo 4, 2009 - Publicaciones

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Todos hemos oído, en repetidas ocasiones, acerca de la eficiencia del Gobierno de Singapur. Durante los últimos 8 años, Singapur ha aparecido congruentemente entre los cinco países mejor evaluados, por diversos organismos internacionales, en gobierno digital, “e-readiness” y en general en su habilidad de aprovechar la tecnología para crear riqueza y mejorar eficiencia.

Ellos atribuyen mucha de su eficiencia a “la regla de las páginas amarillas”. Es una regla muy sencilla y a la vez muy efectiva. Esta regla consiste en que, si un servicio está publicado en las páginas amarillas, las instituciones gubernamentales no pueden proveerse del servicio internamente, deben contratarlo a una empresa privada. La lógica parece ser que el deber del Gobierno es apoyar a la empresa privada, no competir con ella. Ellos creen que la mejor manera de apoyar a la empresa privada es con contratos; de hecho tienen poco aprecio para las otras maneras de apoyar al sector privado.

Resultados. El resultado de esta regla tan sencilla es un Gobierno que se dedica a diseñar, y contratar proyectos. La administración de contratos es, obviamente, una de sus capacidades básicas ya que los contratos son para adquirir servicios (por períodos de varios años) y no equipos ni infraestructura. La modalidad de contratación de servicios en lugar de adquisición de bienes ha logrado, además, simplificar significativamente el proceso de contratación, sobre todo en áreas de alta tecnología ya que los contratos se concentran en definir los acuerdos de niveles de servicios en lugar de las especificaciones técnicas, tan difíciles de entender. Aprovechando la tecnología para el mismo proceso de contratación, lo han hecho eficiente y transparente, logrando así ahorros importantes en el gasto público (la competencia genera menores precios).

Otro resultado obvio es un pujante sector privado que crea grandes cantidades de valor internamente, antes de dedicarse a las exportaciones. Para ellos resulta ilógico que un país que cuenta con tecnologías de clase mundial, por ejemplo call centers , exporte todo ese talento y no lo aproveche internamente. De hecho han desarrollado capacidades de clase mundial en áreas como logística y tecnologías de información, las cuales han aprovechado primero internamente y solo han salido a exportar cuando tuvieron exceso de capacidad.

Útil durante recesión. Esta sencilla regla de las páginas amarillas, además de estimular al sector privado, reducir costos y aumentar la eficiencia del Gobierno, tiene el potencial de ser muy útil durante la recesión. Durante la recesión el Gobierno (de casi todos los países) quiere invertir en infraestructura, tecnológica y de la otra, pero la gran disyuntiva es la escasez de fondos y el riesgo de los proyectos. La contratación de servicios (“outsourcing”) tiene la posibilidad de atraer la inversión del sector privado y de traspasar el riesgo del proyecto a los expertos dispuestos a apostar a su experticia.

Para mí, es claro que una regla como esta solo beneficios traería, aunque probablemente, para cuando aquí decidamos aplicarla, se le tendría que cambiar el nombre ya que nadie se va a acordar de lo que eran las páginas amarillas. Un medio publicitario muy caro, que gastaba mucho papel, se actualizaba una vez al año y se tardaba mucho en hallar lo que se buscaba.

Artículo publicado en el periódico La Nación