Música digital globalizada

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Soy melómano desde niño. Papá tocaba el piano y en casa oíamos música clásica todo el tiempo. La buena música me emociona y depara incontables satisfacciones, tanto escuchándola como tocándola.

El hombre ha podido dominar el sonido de diversas maneras para producir sensaciones auditivas placenteras. También hemos inventado tecnología para registrarlo, conservarlo y reproducirlo. La música como arte es muy abstracto, puede ser estudiada formalmente y cuenta con un cuerpo de conocimientos riquísimo.

Desde hace más de 25 años se usa tecnología digital para registrar y reproducir sonidos. Se crearon formatos para el registro digital de sonidos y medios para su almacenamiento; el CD llegó a desplazar a los LP como medio para comercializar música grabada. Pero el CD es físico y la distribución de la música se ve limitada por muchos factores: manufactura, redes comerciales, capacidad financiera del sello discográfico, etc. El artista también se ve limitado, pues no solo crea sus obras sino que debe grabarlas y encontrar un sello que las distribuya.

La Web y los crecientes anchos de banda posibilitan nuevas formas de distribución de música en formatos digitales. iTunes y eMusic son ejemplos de “tiendas” en las cuales uno puede adquirir “canciones”.

Los sellos discográficos están ajustándose y cambiando: el 46% de las ventas del discoFollow the Red Line del saxofonista Chris Potter es por descargas desde sitiosweb . Muchos artistas administran de manera directa la distribución de sus grabaciones. Hay comunidades de aficionados alrededor de artistas y géneros musicales. Hoy puedo adquirir jazz europeo a precios muy razonables, pues sellos menores están poniendo sus catálogos en línea. Músicos ticos están dando a conocer su arte al mundo por medios digitales. ¡Viva la Web musical global!

Artículo publicado en el periódico El Financiero