Papel de la tecnología

Octubre 19, 2005 - Publicaciones

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Hemos aprendido, de la peor manera, las implicaciones de tener un Gobierno sin visión. La visión es en realidad algo muy útil, sirve para tomar decisiones. Cuando la visión es compartida por muchos, sirve para guiar las decisiones de muchos. Cuando no hay visión, solo existe el deseo de gobernar (o administrar, en una organización) para pasar el rato, para alimentar el ego o, Dios no lo quiera, para algo peor.

Existen muchas definiciones de tecnología: algunas tienen que ver con la implementación práctica de los avances de la ciencia; otras se relacionan con cierto cuerpo de conocimiento. A mi me gusta la que dice que consideramos tecnología todo lo que no existía cuándo éramos niños. Con esta definición, resulta claro que, con el rapidísimo avance reciente, lo que es tecnología para nosotros equivale a lo que son los electrodomésticos para nuestro hijos. Para cuando nos acostumbramos a algo nuevo, ya está obsoleto. Planear la utilización de la tecnología es bastante sencillo; implementar esos planes en un gobierno en el que no es mal visto el atraso y no hay consecuencias por alimentar la obsolescencia, es casi imposible.

Aunque parezca mentira. Pero en los últimos 30 años, y con la notable excepción de la Red de Internet Avanzada, el Gobierno ni siquiera se ha molestado en planear la utilización de la tecnología. No me refiero solo a la tecnología de computación o informática (las comunicaciones ya no existen como tecnología separada, son por computadora), hoy hay muchas tecnologías que prometen cambiar el mundo (por ejemplo la biotecnología). Desafortunadamente, para el gobierno, y aunque parezca mentira, para muchas empresas, los avances de la tecnología son curiosidades que carecen de interés real hasta que un vendedor llega a llenarles la "jupa" de tierra.

La conferencia de Juan Enríquez, a principios de año, nos hizo a muchos reconocer la importancia de que la tecnología y el conocimiento sean un tema fundamental en la visión y el desarrollo de un país. A mí no me cabe la menor duda de que aquellos países que insistan en depender de las ventas de cosas que se pueden ver y tocar serán cada días más pobres. Tampoco dudo que aquellos países que, por razones discutibles, continúen comprando tecnologías propietarias y obsoletas seguirán como el cangrejo. La lucha que libran los proveedores de tecnologías que han sido superadas es entendible. Lo que no es aceptable es que los responsables pretendan que el atraso en implementar las tecnología de punta y abiertas no es culpa de nadie, cuando todos saben que es causado por y para dicho proveedores.

Ahora bien, cuando no existe un norte, cuando no hay una visión compartida, cuando nadie entiende (o quiere que otros entiendan) cuál es el papel y la importancia de la tecnología para el desarrollo del país, entonces es muy fácil que sigamos retrocediendo. Cuando pretenden suplir el déficit de visión con una comisión que dictará normas y políticas, todos sabemos que siempre que sucede igual pasa lo mismo.

"Con el sudor de la mente". Dada la experiencia con este gobierno, considero razonable esperar que no elijamos otro sin visión ni liderazgo, pero yo soy más ambicioso, quiero creer que el próximo gobierno tendrá además entendimiento. Es el entendimiento lo que le permite estadista escoger el rumbo. Este país, sin duda, merece un gobierno con un norte trazado y la entereza para mantener el curso. Me refiero a un norte que dure más de cuatro años, una visión de desarrollo que les permita a nuestros hijos, como dijo don Orlando Morales, ganarse el pan "con el sudor de la mente".

Para conocer la visión de los principales candidatos presidenciales en relación con el "Papel de la Tecnología para el Futuro del País", el Club de Investigación Tecnológica los ha invitado a debatir el tema el próximo 26 de octubre.

Artículo publicado en el periódico La Nación