Problemas del año 2000

Marzo 18, 1998 - Publicaciones

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El cambio de siglo promete ser un problema con consecuencias de vasto alcance. La cantidad de artículos y reportajes en relación con este tema hace cada vez más difícil esconder la cabeza en la arena.

Antecedentes. Cuando las computadoras tenían memorias pequeñas, los programadores nos valíamos de todos los trucos para ahorrar memoria. El truco de representar las fechas con seis dígitos en lugar de ocho era tan obvio que nunca nos detuvimos a pensar en las consecuencias. Las consecuencias son que, a partir del 1 de enero de 2000, las fechas (representadas con seis dígitos) podrían ser interpretadas como fechas del año 1900. Obviamente, todos los sistemas que calculan intereses, fechas de vencimiento, hora de salida, próximo pago, etc. etc. estarán propensos a fallar o (peor aún) a mentir. Corregir el problema con un programa es sumamente sencillo. Lo difícil es corregirlo en miles de programas, hacerlo bien hecho, y hacerlo a tiempo.

La manera de trabajar con fechas de seis dígitos se generalizó tanto que aún después, cuando la memoria ya era barata, seguíamos escribiendo programas que representaban fechas en seis dígitos. Incluso hay mucho artefactos electrónicos con lógica incorporada en el chip que trabajan con fechas de seis dígitos. Esto quiere decir que no solo las computadoras sufren este problema, toda clase de equipos electrónicos o con componentes electrónicos están también expuestos (bóvedas, equipos de seguridad, semáforos, centrales telefónicas, equipos industriales con controladores automáticos, equipos de control aéreo, equipos de navegación, etc. etc.).

Negación. Existe una gran cantidad de gerentes y jefes de sistemas que niegan la existencia del problema. Las reacciones más generalizadas son: "eso no nos afecta a nosotros", "son vainas de los consultores para vender consultoría", o "todavía queda tiempo". Ya el tiempo se acabó; cualquier empresa grande o institución que no esté activamente trabajando en la resolución del problema, está en serios aprietos. Los que ya tienen un proyecto constituido, deben revisar su historial de cumplimiento de fechas en proyectos de sistemas antes de sentirse confiados.

El problema se ve aumentado por el hecho de que las empresas e instituciones no viven en un mundo aislado, sino que tienen (cada vez más) dependencias críticas con otras empresas e instituciones. Muchos sistemas reciben información de entes externos; si esa información viene contaminada, los sistemas fallarán, a pesar de estar buenos. Adicionalmente, una organización puede ser seriamente afectada si su proveedor pierde la habilidad de despachar producto, o su banco no puede pagar cheques, o si el patrono de un número grande de clientes falla en el pago de la planilla, etc. etc. El riesgo es alto y amenaza a todos.

En Costa Rica son pocas las empresas e instituciones que ya tienen un proyecto conformado, con recursos asignados trabajando para mitigar el riesgo. En Estados Un1dos el costo de este problema se mide en cientos de miles de millones de dólares. Se estima que sólo un 85% de los sistemas serán corregidos a tiempo (podría ser demasiado optimista); el costo resultante de la crisis que provocarán los sistemas que fallen no se puede medir. El economista en jefe del banco Deutsche Morgan Grenfell estima en un 40% la probabilidad de una recesión severa causada por el cambio de siglo. Esta será sin duda la primera crisis económica anunciada con fecha y hora.

Irresponsable no hacerlo. Tenemos que crear conciencia del tamaño y la seriedad del problema.Todas las empresas e instituciones deben revisar y corregir sus sistemas. Las empresas pequeñas tienen la opción de cambiar los sistemas. Todos debemos hacer pruebas, aunque los proveedores, programadores y otros tecnócratas nos digan que los sistemas están bien, hay que hacer las pruebas. Sería irresponsable no haber realizado suficientes pruebas antes de finalizar este año.

El próximo gobierno debería designar un funcionario, al más alto nivel, para coordinar todos los esfuerzos (y, si es del caso, diseñar planes de contingencia para los sistemas que fallarán). Es también urgente que el Sistema Financiero Nacional organice, antes de fin de año, un simulacro completo (ensayo de cambio de siglo) en el que podamos probar los sistemas de todas las instituciones financieras trabajando en concierto. Aun las mejores pruebas no nos garantizan un año nuevo 2000 sin novedades, pero es lo mejor que podemos hacer, y sería irresponsable no hacerlo.

Artículo publicado en el periódico La Nación