Seguridad en línea de los usuarios

Octubre 4, 2005 - Publicaciones

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Conforme aumenta el número de usuarios de Internet y la importancia de las transacciones que estos realizan en línea, aumenta también el número de malhechores de software, conocidos como hackers.

Un estudio reciente demuestra que dichos malhechores cada vez lo hacen menos por la fama y se interesan más por el lucro.

Obviamente, los usuarios más vulnerables son los que utilizan el sistema operativo más popular (más del 90%) y de estos, los que no mantienen su sistema actualizado con las últimas revisiones o los llamados parches y, además, no tienen la protección antivirus adecuada.

Los usuarios que utilizan otros sistemas operativos también deben proteger los sistemas, aunque haya menos malhechores interesados en accesar a esa población tan pequeña.

Recientemente, han aparecido dos tipos de software dañinos o virus muy preocupantes para el mercado.

Ambas son variantes del conocido software espía o spyware.

Este tipo de software dañino se suponía que era menos perjudicial porque no presentaba síntomas nefastos, entre ellos que no borra el disco duro de la computadora o apaga la máquina, pero los efectos pueden ser peores.

Uno de ellos es el que exige rescate ( ransomware) y opera al bloquear la máquina hasta que el usuario pague un rescate (por medios anónimos como Pay Pal).

El otro es virus, es un software que registra la actividad del teclado y el mouse ( keylogger) y lo envían a su dueño, de esta manera logran descubrir la clave secreta de usuarios bancarios y pueden proceder a transferir dineros a sus cuentas.

Los usuarios deben estar claros que si le roban su contraseña y sufren un desfalco, el banco no será responsable.

Por lo tanto, deben preocuparse de mantener su sistema con los últimos parches (para evitar virus que utilizan debilidades conocidas) y con protección antivirus actualizada (para evitar virus conocidos).

Adicionalmente, los usuarios bancarios pueden insistir en que desde su cuenta se puedan hacer transferencias únicamente hacia cuentas previamente registradas, con procedimientos manuales en una sucursal e incluso utilizar esquemas de claves desechables, es decir, que cada transferencia requiere de una clave que solo sirve una vez.

También debe evitarse la tentación de dejar la máquina conectada las 24 horas del día, los siete días a la semana.

Artículo publicado en el periódico La Nación