Tecnología amigable con el ambiente

Julio 5, 2009 - Publicaciones

Compartir

Desde hace más de 20 años, sabemos que la tecnología, para ser exitosa debe ser amigable al usuario – aunque todavía muchos no saben si eso quiere decir que la tecnología debe ser fácil de aprender, o fácil de usar – lo cual, ciertamente, propone un problema serio ya que los usuarios somos todos diferentes.

Durante décadas, pensamos que las tecnologías de información y comunicación (TIC) eran tecnologías limpias y, por lo tanto, amigables al ambiente; hoy se conoce que eso era una sobresimplificación injustificada. Incluso separar las TIC en sus dos componentes, hardware y software , para sostener que el software es, por lo menos inocuo al ambiente, es también una sobresimplificación.

El potencial dañino del hardware es claro. En Costa Rica se “consumen” más de un millón de teléfonos al año, cientos de miles de baterías de otros dispositivos, decenas de miles de monitores de rayos catódicos, miles de computadoras, innumerables impresoras y cuantiosos cartuchos de tinta.

El análisis de amigabilidad, sin embargo, debe ser de la tecnología como un todo. El hardware no funciona sin el software . La electricidad que consumen más de un millón de computadoras, no es independiente del software que utilizan. El aumento en el consumo de papel que han traído las TIC es una consecuencia directa de los procesos de negocio que decidimos implementar con el hardware y software escogido. El consumo de combustible a nivel personal, empresarial e institucional es, en buena medida, reflejo de los sistemas que utilizamos (o no) para comunicarnos, evitar (o no) desplazamientos innecesarios y coordinar la logística de la cadena de valor.

En el Club de Investigación Tecnológica, estamos convencidos de la importancia de que las TIC que utilizamos sean amigables con el ambiente, ya que esto redundará en mayor eficiencia para las organizaciones y mejor calidad de vida para todos. Por estas razones, estamos diseñando, el “Medidor de la Amistad”.

El Medidor de la Amistad consitirá en una serie de indicadores que medirán el impacto ambiental de las TIC que utilizan las empresas afiliadas al Club. Se medirá tanto el impacto directo (por ejemplo, consumo de energía del departamento de tecnología) como el impacto indirecto (por ejemplo, consumo de papel en toda la organización). El medidor permitirá comparar el grado de amigabilidad de la tecnología que utilizan las organizaciones, no solo con otras organizaciones, sino, y tal vez más importante, consigo misma a través del tiempo.

Adicionalmente, estaremos coordinando los esfuerzos con la Organización de Impacto de la Computación Verde (GCIO), la cual está desarrollando el Modelo de Madurez de Computación Verde (GCMM). Es nuestra intención que tanto el medidor como el modelo de madurez evolucionen como resultado de su aplicación. Las primeras versiones serán simples y fáciles de aplicar, de manera que agreguen valor en el corto plazo. La cantidad y complejidad de las versiones que se implementen en el futuro dependerá del valor que se perciba de estas.

El Medidor de la Amistad permitirá a empresas e instituciones tomar en cuenta el impacto ambiental, no solo al adquirir tecnología, diseñar sistemas o acondicionar centros de procesamiento, sino, también, al diseñar procesos y modelos de negocio. La condiciones económicas actuales exigen procesos y modelos de negocio más eficientes y sostenibles.

Estamos claros de que la tecnología debe ser tan amigable con el ambiente como con el usuario. Si bien los retos que presentan estos dos tipos de amistad son diferentes, no creemos, por un momento, que sean excluyentes; más bien son complementarios. En ambos casos, se trata más del viaje que del destino.

Artículo publicado en el periódico La Nación