Tecnología para ahorrar energía

Junio 24, 2009 - Publicaciones

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La creciente disponibilidad de conectividad de banda ancha ofrece, además, enormes opciones de ahorrar energía. Recientemente, una reconocida empresa en California modificó un medidor de electricidad para que este pueda transmitir por Internet, en tiempo real, información del ritmo de consumo. Las pruebas realizadas con los propios empleados de la empresa han demostrado que mucho del desperdicio de electricidad sucede por pura ignorancia; es decir, porque no nos percatamos de que el desperdicio está sucediendo.

Todos los que tuvieron el medidor inteligente lograron ahorros de energía; los ahorros van de un 11% a un 40%; asumo que dependiendo del grado de obsesión del individuo. Esto se logró sencillamente porque los usuarios tenían acceso constante al ritmo de consumo; imagino que primero pasaban viendo el consumo en la pantalla, pero pronto empezaron a programar mensajes de texto, o de algún otro tipo, para advertir sobre situaciones que requieren atención (consumo atípico para la hora del día, por ejemplo).

Con muy poquita imaginación, podemos ver que un medidor inteligente, que además reporte a una base de datos centralizada el consumo de todos en tiempo real, sería posible crear un nuevo modelo de tarifas que implementen una función continua, en la que la tarifa varía según el consumo total, en tiempo real. Esto es equivale a llevar el modelo de tarifas diferentes en según la hora del día al límite y a su esencia misma.

Tarifas diferenciadas. La idea de las tarifas diferenciadas según la hora del día es reducir los picos de la demanda. Los picos de la demanda (la hora de la cena, por ejemplo) obligan al ICE a quemar combustibles para producir energía. La energía eléctrica producida con combustibles es muchas veces más cara que la producida con agua o viento. Es obvio entonces que en la medida en que se reduzcan los picos podremos reducir nuestra dependencia del combustible para generar electricidad. Como todos sabemos que los combustibles van a volver a los precios ridículos del año pasado, todo lo que podamos hacer para reducir su consumo redundará en ahorros nacionales de gran escala.

La propuesta es, por lo tanto, cambiar los medidores eléctricos por medidores inteligentes y construir un sistema de tarifas que castigue fuertemente el consumo que lleve al país a picos en la demanda que obliguen a quemar combustibles, a la hora que sea. Así, los usuarios sabremos exactamente cuánto nos costaría cocinar o calentar el agua en un momento dado y podemos tomar la decisión de esperar un rato para que sea más barato. La información es la clave, si los usuarios sabemos siempre cuánta electricidad estamos gastando y cuánto está costando ese gasto, podremos tomar decisiones racionales que lleven a todo el país a un ahorro significativo.

Obviamente, esto no sucederá de la noche a la mañana; por eso es necesario empezar pronto. En tres o cuatro años, sería posible tener a la mayoría del país en el sistema y generar ahorros visibles en las cuentas nacionales. Claro que también podríamos considerar que es demasiado difícil para un país como el nuestro, o que como nadie lo ha hecho antes seguro no se puede hacer, o un sinfín de otras razones para procrastinar.

Artículo publicado en el periódico La Nación