En estos tiempos muchos tenemos preocupaciones relacionadas con el impacto de la acción humana sobre el ambiente y el equilibrio natural global. La demanda mundial de energía supera la capacidad de producción. Es difícil escapar a los efectos de las emisiones de gas, los desechos y la producción contaminante.
Tecnologías como el transporte automotor tienen un obvio efecto sobre el ambiente y el consumo energético. Las tecnologías de información y comunicación (TIC), usan mucha energía y producen desechos contaminantes o difícilmente reciclables.
Hace algunos años comenzó un movimiento por considerar al ambiente cuando se diseñan tecnologías informáticas. Las tecnologías verdes buscan un uso eficiente de los recursos tecnológicos, reduciendo el consumo energético y el impacto ambiental, conducidos por beneficios financieros, sociales y ambientales medibles que maximicen su viabilidad económica.
Las TIC pueden ser parte de una solución más general. La eficiencia energética o la reducción en el empleo de componentes puede lograrse mediante teletrabajo, cómputo en la nube, virtualización en centros de datos, ahorro de papel, tecnologías colaborativas, mejoras en la ventilación, emplear estados latentes o de hibernación, etc.
La tecnología informática puede aplicarse al diseño y operación de sistemas más eficientes de edificación, logística, transporte y distribución eléctrica, contribuyendo a una reducción estimada del 15% en las emisiones de gases de invernadero hacia el 2020.
El OMG ha desarrollado estándares de industria y un modelo de madurez que define, evalúa y monitorea un negocio verde y sostenible. En Costa Rica, esta bandera ha sido recogida por el Club de Investigación Tecnológica y algunos bancos, que próximamente mostrarán sus avances en esta materia.
Artículo publicado en el periódico El Financiero
