30.000 desarrolladores de software sería la meta

Agosto 27, 2006 - Publicaciones

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La Coalición de Iniciativas para el Desarrollo (Cinde) estima que empresas extranjeras de reciente establecimiento generarán, solo en el sector servicios, unos 5.000 nuevos puestos de trabajo en los próximos 12 meses. De esos empleos, se estiman unos 1.000 dedicados a dar soporte técnico remoto y 1.250 en desarrollo de software.

Otras dos compañías que no forman parte de esos datos, proyectan crecer (cada una) a unos 5.000 empleos de hoy al 2010. Su negocio es hacer software por contrato para clientes en Norteamérica, Europa, Japón, Australia y Nueva Zelanda. Esas dos compañías encontraron que los desarrolladores ticos producen software de mayor calidad que en India, Rusia y Filipinas. Nuestros costos son competitivos. La productividad de ciertos graduados en Ingeniería del software es particularmente superior.

Un gerente estima que Costa Rica debe tener 30.000 desarrolladores de software para lograr la “masa crítica” necesaria para pesar en el contexto internacional. El software producido por 30.000 personas tendría como mínimo un valor de US$1.332 millones. Para comparar, Irlanda exportaba software valorado en US$7.000 millones en el 2001, producido por 25.000 desarrolladores.

¿Puede Costa Rica alcanzar esa meta numérica? La respuesta es un “sí” condicionado, porque es un rotundo “no” si seguimos como hasta ahora.

Para llegar a esos números en cuatro años debemos modificar la forma en que preparamos a los especialistas en desarrollo de software:

1. Implementar el programa de educación técnica en desarrollo de software, preparando a sus profesores para que enseñen esto con excelencia. Articular con la educación postsecundaria.

2. Atraer más estudiantes a iniciar estudios postsecundarios en desarrollo de software. Esto requiere comunicar que el país está enfrentando una oportunidad irrepetible, y este mensaje debe llegar con claridad a jóvenes, padres de familia, profesores, orientadores y directores colegio. También debe ser entendido por el INA, los Ministerios de Educación, Trabajo, Producción y Ciencia y Tecnología, Conape y los bancos que ofrecen crédito educativo.

3. “Reciclar” a graduados de disciplinas no informáticas, para que se conviertan en desarrolladores de software especializados en dominios específicos. Es posible hacerlo en plazos cortos, con diseños didácticos innovadores (como la experiencia de Cenfotec).

4. Fortalecer la preparación en Ingeniería del software que reciben los estudiantes en universidades que tratan seriamente el tema informático.

5. Actualizar a los graduados informáticos en los nuevos métodos, técnicas y prácticas de desarrollo de software.

6. Preparar un contingente creciente de profesores e instructores que atiendan a una población estudiantil cuatro veces superior a la actual.

7. Becar, patrocinar o financiar a estudiantes.

Todo esto de manera articulada, con alta calidad y rápido. La mediocridad, la mezquindad y la lentitud serán nuestros peores enemigos.

Artículo publicado en el periódico El Financiero

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