Hace 45 años, a uno le enseñaban en la escuela que Costa Rica era un país bonito, pequeñito y pobre. También nos enseñaban que era imposible dejar de ser pobre, precisamente por ser pequeñito. La lógica de aquel tiempo decía que si se tiene poca gente, poco territorio y ningún recurso natural de los que se pueden escarbar y vender, el país estaba condenado a ser pobre. Hoy, por suerte, sabemos que esa lógica era falaz. El mayor factor de la producción es el conocimiento. El conocimiento produce mucho más riqueza que el capital, el trabajo o la tierra. Hoy hay muchos países pequeños y sin riquezas naturales, que gozan de ingresos per cápita entre los más altos del mundo.
Convertir la economía de este país en una economía basada en el conocimiento, es totalmente posible, pues contamos con la materia prima requerida. Es además urgente ya que la brecha entre los que producen conocimiento y los que no se ensancha todos los días. Si Costa Rica insistiera en contrasentidos como “volvamos a la tierra” seríamos, sin duda, cada vez más pobres.
Recursos necesarios. La infraestructura sobre la cual se construye una economía basada en el conocimiento, es digital. Recientemente, un ingeniero muy bien intencionado me sugería que no debíamos comparar nuestro desarrollo digital con países como Corea, pues ellos disponen de recursos para invertir y nosotros no, que deberíamos estar orgullosos de ostentar el cuarto lugar en conectividad digital en Latinoamérica. Los recursos requeridos para contar con una infraestructura digital de clase mundial son órdenes de magnitud menores que los requeridos para contar con una infraestructura vial de clase mundial. Estimo que con menos del 1% del PIB invertido en un año tendríamos uno de los países mejor conectados del mundo, sino el mejor.
¿Cómo creamos más riqueza, construyendo una carretera nueva que permita al agricultor sacar su cosecha al mercado en la mitad del tiempo que requiere ahora, o conectándolo a la Internet para que pueda exportar su cosecha brincándose tres intermediarios?
Concuerdo totalmente con doña Clotilde Fonseca, cuando dice que la conectividad y el contenido no son, ni por mucho, suficientes. Pero sí considero que son necesarios, igual que en el pasado, construir carreteras y puertos no era suficiente, pero era necesario.
El INCAE y el Club de Investigación Tecnológica hemos formado una alianza para desarrollar un programa de tres años denominado “Costa Rica Digital”. Este programa busca crear conciencia de la importancia de digitalizar el país, de hacer todo lo necesario para colocar a Costa Rica del otro lado de la brecha digital, de crear riqueza a partir del conocimiento, de pensar y educar de una nueva manera, de acostumbrarnos a la muerte de la distancia y a la cultura digital, y sobre todo, de ofrecer a las futuras generaciones la posibilidad de destacar en un mundo globalizado.
Controversial ejemplo. El Gobierno Digital es también necesario, mas no suficiente. Consideramos que todo el país debe ser digital. La educación, la salud, el comercio y, por supuesto, el entretenimiento. Si dejamos de pensar en pequeño y de nadar como los perros, podríamos, por ejemplo, eliminar el papel moneda. Con dinero digital (ya sea en plástico, en el celular o de cualquier otra manera) no solo se reduciría drásticamente el costo de las transacciones comerciales, sino, también, se eliminaría de cuajo la economía informal (¿cómo harían “chorizo” sin efectivo?). Claro está que este es un ejemplo un tanto controversial (hay quienes prefieren que dejemos a los “choriceros choricear”, con tal de no comprometer la confidencialidad o privacidad de los ciudadanos) pero no es más que un ejemplo seriamente limitado por la imaginación. Sobre todo, es un ejemplo del tipo de discusiones en que deberíamos estar enfrascados si fuéramos un país digitalizado. Para el lanzamiento del programa “Costa Rica Digital”, contaremos con dos grandes conferencistas. Wenceslao Casares, joven emprendedor argentino, fundador de varias empresas digitales, disertará el 26 de abril acerca del “Empresarialismo digital en un mundo sin fronteras”. Juan Enríquez Cabot regresa a Costa Rica el 21 de mayo, a disertar sobre “Los peligros de las brechas digitales”. Durante el desarrollo del programa, realizaremos concursos, organizaremos conferencias, talleres, seminarios y mesas redondas, publicaremos investigaciones; todo disponible en www.clubdeinvestigacion.com.
Artículo publicado en el periódico La Nación