Las quejas sobre los altos costos de la energía, eléctrica principalmente, aparecen recurrentemente en las noticias. Hasta la década de 1990, Costa Rica tradicionalmente no generaba electricidad a partir de combustibles fósiles. La mayor parte de la energía eléctrica provenía de fuentes hidráulicas.
Costa Rica también ha desarrollado capacidades generadoras a partir de fuentes geotérmicas y eólicas.
La generación por transformación de energía solar está comenzando, de manera tímida. Los biocombustibles fueron tema de discusión, al considerar que compiten con la producción de alimentos; y aún se limitan el aprovechamiento de desechos en los procesos agrícolas y agroindustriales.
Hay generadores privados de energía hidráulica e irán apareciendo otros actores.
Es tiempo de que se promueva la generación de energía limpia, eficiente, barata y de alta disponibilidad.
El tema no es solamente de ingeniería y tecnología: es necesario establecer reglas que permitan a generadores privados vender a los distribuidores, de manera que se logre aprovechar la capacidad productiva y se reduzcan los precios a los usuarios.
La introducción de tecnologías digitales y matemáticas –sensores, microcontroladores, redes de comunicación, bases de datos, sistemas de análisis y simulación– pueden contribuir a que la generación y distribución energética sean más eficientes y tolerantes a fallas.
La generación, distribución y consumo inteligentes de energía están entre los grandes retos nacionales, que demandan la atención multidisciplinaria de ingenieros, tecnólogos, informáticos, economistas y administradores, así como de quienes definen políticas públicas y reglas en esos mercados.
La energía es también un reto intelectual fascinante, que está lleno de oportunidades para innovar y desarrollar tecnologías para su uso y comercialización dentro y fuera de nuestras fronteras.
Artículo publicado en el periódico El Financiero