Si la digitalización de un país no se hace bien, en lugar de generar riqueza aumenta gastos. La planificación estratégica de la utilización de las tecnologías digitales presenta el reto de lidiar con el desarrollo de la tecnología a un ritmo exponencial. Hay evidencias de algunas tecnologías que se están desarrollando a un ritmo doblemente exponencial; esto es, el exponente también se desarrolla exponencialmente. También hay evidencias de que algunas culturas son peores que otras para lidiar con el cambio.
Tal vez la mejor estrategia digital nacional es la de Singapur, conocido como iN2015 (Intelligent Nation 2015). Este plan fue elaborado hace tres años por un grupo de personas, empresas e instituciones gubernamentales, en un proceso similar al seguido en Costa Rica para la Estrategia Siglo XXI: gran participación e inclusión de todos los sectores afectados e involucrados. A diferencia de la Estrategia Siglo XXI, iN2015 entró en ejecución inmediata y, a juzgar por otros planes hechos en Singapur en el pasado, los objetivos plasmados en el plan se cumplirán antes de lo anticipado.
Para promover la digitalización del país, necesitamos una estrategia, pero la necesitamos ya. No debe Costa Rica tomar, como hizo Singapur, un año para definir una estrategia detallada en siete sectores y tres áreas de infraestructura. Las bondades de un plan no son consecuencia únicamente del contenido, también, e incluso más importantes, deben considerarse las capacidades de ejecución de la estrategia. Hace 25 años, Singapur publicó un documento titulado “Visión de una Isla Inteligente”, cuyo contenido quedó implementado y superado hace más de siete años. Singapur es un buen ejemplo de la capacidad de ejecución, dictando el grado de detalle y el horizonte de planificación.
Al sector más capacitado. La estrategia digital de Costa Rica debe ser sencilla, puntual y ejecutable en el corto plazo. La estrategia digital de Costa Rica debe ser guiada por nuestra capacidad de ejecución. Obviamente, si la capacidad de ejecución de los sectores público y privado es dispareja, la implementación de la estrategia debe recaer mayoritariamente sobre el sector con mayor capacidad de ejecución.
Una buena manera de plantear la estrategia digital de Costa Rica es a partir de cuatro pilares: conectividad, educación, productividad y transparencia. Para cada uno de estos pilares se deben identificar un reducido número de iniciativas que sean ejecutables en el corto plazo y que produzcan amplio impacto. Las iniciativas que se identifiquen deben venir acompañadas del esquema de financiamiento (modelo de negocios) que las hace factibles, así como una definición de los responsables, los recursos y los tiempos requeridos. Esta estrategia debe ser elaborada rápidamente, aun a riesgo de dejar valiosas iniciativas sin identificar. Es urgente vencer la parálisis que ha sufrido Costa Rica durante los últimos nueve años.
El capítulo de conectividad deberá abordar el tema desde un punto de vista de la utilidad de la conectividad para los ciudadanos, dejando de lado ideologías e intereses comerciales. Deberá este capítulo contestar preguntas difíciles, por ejemplo, “¿cómo lograr triplicar el número de conexiones de banda ancha en el país cada año? o ¿cómo acelerar la eliminación de las tecnologías de telecomunicaciones obsoletas y propietarias?, e incluso más difíciles: ¿cómo evitar inversiones en tecnologías que quedarán obsoletas antes de terminar su instalación?
Digitalizar la educación. El capítulo de educación deberá forzosamente partir de los logros obtenidos por la Fundación “Omar Dengo” y proyectar nuevas maneras de potenciar la educación a partir del uso intensivo de la tecnología digital: digitalizar la educación. Pero también debe este capítulo identificar iniciativas que eduquen la digitalización; esto es, promover el conocimiento (y sobre todo el entendimiento) de las bases mismas de las tecnologías digitales. Cuanta más gente domine los fundamentos sobre los cuales se han construido estas tecnologías, mayor y más relevante será la producción tecnológica del país.
El capítulo de productividad deberá enfocar la tecnología al servicio de la producción. Este capítulo deberá contener varios apartados que identifiquen iniciativas para promover la digitalización de diferentes sectores. El sector agroindustrial sigue siendo muy importante en Costa Rica, la digitalización puede con inversiones moderadas, agregar mucho valor a este sector. El sector gobierno representa una porción muy grande de la economía; la estrategia deberá potenciar los esfuerzos del Gobierno Digital para reducir los costos y, al mismo tiempo, hacerlo más productivo. El sector servicios es, sin duda, el de mayor potencial de digitalización, para no solo aumentar la productividad, sino, también, para crear nuevos mercados diferenciadores que resultan en un aumento sustancial de la productividad.
El capítulo de transparencia deberá referirse a transparencia operativa y la financiera. La transparencia operativa se basa en divulgación de los hechos; la financiera busca mejorar el control y la probidad de las transacciones. La importancia de esto es fundamental tanto en el sector público como en el privado; la opacidad promueve corrupción e ineficiencia; la transparencia, todo lo contrario.
El programa Costa Rica Digital es un esfuerzo conjunto del INCAE y el Club de Investigación Tecnológica. En el 2007 se inauguró el programa con las conferencias de Wenceslao Casares y Juan Enríquez. A inicios de este 2008 se publicará una estrategia digital, para luego dedicar los esfuerzos didácticos del programa a promover las iniciativas identificadas en la estrategia.
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Artículo publicado en el periódico La Nación