No he visto el término “gastos de capital” en español, pero en inglés, el Capital Expenditure (CapEx) es muy utilizado y, me parece, tiene una connotación muy útil. Es muy útil e importante diferenciar el gasto de operación (OpEx) del gasto de capital. En español (o por lo menos en Costa Rica) nos referimos a los gastos de capital como inversiones (que se deprecian en varios años), lo cual no es enteramente correcto, sobre todo porque no las diferencia claramente de las inversiones financieras (¿las verdaderas inversiones?).
Diferentes industrias requieren diferentes cantidades de gastos de capital. Se destacan la industria petrolera, las telecomunicaciones y los servicios públicos como grandes consumidoras de capital. El rubro, común a todas las industrias, dónde más se gasta capital es Tecnologías de Información (TI). En EE. UU. pasó a ser el mayor rubro de CapEx hace como 10 años y desde entonces viene creciendo.
Durante la era industrial, los rubros más importantes de CapEx eran la maquinaria y los bienes inmuebles. No sorprende, por lo tanto, el rigor y la disciplina que se desarrollaron alrededor de asegurar que dichos gastos agregaran valor al negocio. Indicadores como el retorno sobre la inversión y el valor presente neto son tan solo un reflejo de la necesidad de asegurarse que los gastos de capital agreguen valor al negocio.
Durante la era de la información, empero, esa misma disciplina no ha prevalecido. Los ingentes gastos de capital que se hacen en productos de TI (equipos, programas y servicios) no sólo varían muchísimo en el valor que agregan al negocio, sino que tampoco se suele medir dicha contribución.
Artículo publicado en el periódico La Nación