Hace unos días nos presentaron un retrato donde Costa Rica aparece acompañada por 121 países y se la compara según varios índices del Foro Económico Mundial (FEM). Costa Rica había (al fin) ascendido algunas posiciones en materia de conectividad, educación e innovación situándose en la mitad superior.
Pero estamos en las posiciones más bajas en cuanto al tiempo para iniciar un negocio y en el apoyo requerido del sector público para esto.
No hemos cuidado la dimensión del tiempo. En este país de Dios se nos ha hecho un vacilón el tiempo: llegamos tarde a las citas, no nos preparamos para ellas, complicamos innecesariamente los trámites, postergamos las decisiones, no sabemos qué debe ser hecho por quién ni cómo ni cuándo y mandamos a la gente de un lado para el otro…
Las obras públicas duran años. Los proyectos de ley se discuten (cuando hay quórum) por lustros o se dejan de tratar.
Mientras tanto, el resto del mundo se mueve, aprovecha oportunidades, se decide.
Uno de los temas más importantes que debería resolver el Gobierno actual es el de la simplificación y eficiencia de los trámites públicos, el complemento perfecto del Gobierno Digital. Debe ser sencillo y transparente crear una empresa, debe ser fácil pasar a ser parte de la economía formal. La tecnología puede ayudar, pero como habilitadora de las visiones de simplificación, eficiencia, transparencia y –por qué no– fiscalización.
Si le entramos a esos temas con decisión, es seguro que seremos más competitivos. Todo eso sin descuidar los avances que logremos en telecomunicaciones, innovación, educación… Por cierto, somos el país hispanoamericano más competitivo en elranking de viajes y turismo del FEM, situados en el puesto 41. Solo EE. UU., Canadá y Barbados nos superan en América.
Artículo publicado en el periódico El Financiero