Moda tecnológica

Junio 3, 2006 - Publicaciones

Compartir

La moda tecnológica, en empresas e instituciones, es casi tan peligrosa como la religión tecnológica. Ahora se puso de moda el “Gobierno Digital para el Desarrollo”, en los últimos años se han lanzado cientos de proyectos de este tipo alrededor del Tercer Mundo.

Si tomamos en cuenta que aún en el Primer Mundo, los proyectos de tecnología tienen un récord de fracasos alarmante (la mitad de las implementaciones grandes fracasan), no es sorprendente oír que solo un 15% de los proyectos de Gobierno Digital para el desarrollo son exitosos, el resto son fracasos parciales y totales.

Pareciera que siempre que sucede igual, pasa lo mismo. En 1983, cuando el mundo empezaba a sufrir la moda del PC, Edsger Dijkstra, famosísimo científico de la computación holandés, al ser preguntado qué opinaba del PC respondió que habíamos retrocedido 25 años. Esa respuesta fue motivo de discusiones en círculos académicos y profesionales alrededor del mundo, duramos semanas sino meses en realizar que Dijkstra se refería a todo el rigor y disciplina que habíamos desarrollado alrededor del los computadores grandes se perdería ante la carrera por desarrollar y hacer cosas con la tecnología de moda. Tenía razón.

Así, los proyectos de Gobierno Digital para el desarrollo enfrentan graves riesgos, que ya habían sido identificados en otros proyectos. Richard Heeks, de la Universidad de Manchester, en su artículo del 2003 plantea estrategias para reducir el riesgo en estos proyectos. Heeks determina que el riesgo es proporcional a la brecha realidad-diseño, esto es la distancia entre la situación actual y la situación deseada. Muchas de las estrategias sugeridas, como limitar el alcance de los proyectos e invertir en la administración del cambio, son estrategias harto conocidas en otros círculos.

Jonathan Murray, de Microsoft en el Reino Unido, es su artículo de enero de este año plantea que los retos de estos proyectos gubernamentales es lo que el denomina GAP (les encantan las siglas), esto es, Gobernabilidad, Arquitectura y Compras (“procurement”). Los problemas de la gobernabilidad de la tecnología son bien conocidos en círculos empresariales, esto incluye el planeamiento estratégico de la tecnología, el desarrollo de capacidades de soporte y capacitación, la organización y el liderazgo tecnológicos. La arquitectura, también es reconocida como fundamental, y se refiere a estándares tecnológicos y administrativos, es la manera en las diferentes piezas deben calzar las unas con las otras, cómo interactúan los sistemas entre si, cómo ofrecerle al usuario una interfase común, congruente y eficiente, etc.

Las compras de tecnología, por otro lado, si es un problema propio de los proyectos de gobierno en los que los tiempos requeridos para efectuar las compras suelen ser excesivos. Los requerimientos para la adquisición de tecnología son mucho más complejos, con frecuencia el costo de compra es mucho menos importante que el costo total de propiedad, o las posibilidades de interoperar con otras piezas del rompecabezas tecnológico.

Dónde empieza. Hace dos semanas, Charle Chang de Oaksmill Limited, en Inglaterra publicó una serie de casos de estudio que ilustran el principio GAP de Murray, ampliando GAP para incluir también la administración de proyectos. La administración profesional de proyectos de tecnología es un reto bien conocido por todos, pero al parecer los proyectos de gobierno digital para el desarrollo, en su entusiasmo y carrera por obtener beneficios (económicos y políticos) han tomado atajos que casi siempre llevan al fracaso.

La gobernabilidad de la tecnología empieza por el CIO (oficial en jefe de Información) cuya autoridad, en el caso del gobierno (y en cualquier organización grande y dispersa) debe ser capaz de garantizar que todas las dependencias sigan los mismos lineamientos. La gobernabilidad facilita la definición de la arquitectura, basada en estándares abiertos (para desazón de los fundamentalistas tecnológicos) que garantice que todas los sistemas serán compatibles de manera transparente. La arquitectura, apoyada por la gobernabilidad, a su vez facilita las compras de tecnología ya que las mismas deben sencillamente ajustarse a los estándares definidos en la arquitectura. Los principios y fundamentos de la administración de proyectos, finalmente, pueden aumentar sustancialmente las probabilidades de éxito de estos proyectos.

Si todo esto suena sencillo, no me expliqué bien. Los proyectos de Gobierno Digital, son sumamente rentables (de varias maneras) pero no son sencillos ni baratos

Artículo publicado en el periódico La Nación

Agregue un comentario

Su dirección de correo no se hará público. Los campos requeridos están marcados *