Alberto Trejos, profesor de Incae, presentó hace días el “ Estudio del clima de inversión en Costa Rica sobre el desarrollo del talento humano: La clave para competir en la atracción de la inversión extranjera directa ”, encomendado por Cinde. El estudio confirma cosas en las que he insistido por años desde este espacio: la gran diferencia en la atracción de la inversión extranjera a Costa Rica la hace su gente.
Sin embargo, no hemos sido consecuentes y decididos en prepararlos para el trabajo y la creación de empresas en donde hay más potencial de empleo: carreras de base tecnológica, que exigen fluidez comunicativa en dos o más idiomas y fundamentos sólidos en matemática y ciencias.
Es crítico profundizar el desarrollo de colegios técnicos profesionales. Ello exigirá inversión no solo en infraestructura y equipamiento, sino en la preparación y actualización de los profesores. Es necesario que los niveles educativos realmente se articulen –lo cual implicará reformas legales– y que se certifiquen competencias de las personas según sus especialidades.
Debemos comenzar, desde la primaria, la atracción de las vocaciones de niñas y niños hacia las carreras tecnológicas. Las ferias científicas pueden ayudar mucho, pero es necesario hacer mercadeo en escuelas y colegios. Los chicos deben identificarse con imágenes, un ‘modelos de rol’, que señalen un futuro que se convierta en un aspiración.
Hoy nos limita la oferta de personal calificado, no solo para atraer inversión extranjera, sino para la creación y el crecimiento de la empresa de capital nacional. Trejos señala como imprescindible desarrollar perfiles híbridos, que combinen disciplinas diversas, para atender demandas cambiantes y la evolución de trabajo y empresas. Considero añadir la reconversión profesional para que más gente acceda a puestos de trabajo en tecnología y servicios.
Artículo publicado en el periódico El Financiero