Thought leadership

marzo 13, 2019 - Noticias, Publicaciones

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Durante la reunión más reciente del Club de Investigación Tecnológica, el ingeniero José Ardón se refirió al liderazgo de pensamiento (thought leadership, en inglés) como algo positivo; como productor y diseminador de ideas rigurosas e innovadoras. El término debe tener 30 o 40 años de utilizarse en inglés. Al español llegó recientemente y, en ocasiones, traducido como liderazgo de ideas o liderazgo intelectual.

El término anglosajón alude a personas u organizaciones con conocimiento y entendimiento profundos de una materia. Investigan, proponen y discuten. Se esfuerzan por encontrar significado en lugares donde ha reinado la confusión o la ignorancia, y cuando creen haber encontrado conocimiento o entendimiento nuevos, lo ponen a prueba con una sana, y en ocasiones acalorada, discusión.

En la Facultad de Matemáticas más rigurosa del mundo dicen siempre: “No hay mejor demostración que un argumento convincente”. Es imposible poseer este tipo de liderazgo si se es mezquino con las ideas, el conocimiento o el entendimiento. Quien no comparte sus ideas por miedo a que se las roben, no ejerce ningún liderazgo y, probablemente, nunca llegue a nada.

Un problema actual es la utilización del término como arma de mercadeo. Divulgan información interesante acerca de asuntos muy específicos, sobre los cuales el individuo u organización tiene mucha experiencia.

Falsa ciencia

Hace como 15 años, cuando empezó la obsesión de las redes sociales, acuñaron el término “generosidad letal” para referirse a quienes regalan información y conocimiento valioso para causar seguimiento cuya consecuencia es la dependencia. Incluso, llevan a cabo investigación y publican informes en apariencia muy bien trabajados, y son pulcramente presentados, pero las conclusiones son, sutilmente, sesgadas. Algunos lo llaman fake science.

El material se distribuye por las redes, quien comparte la información es un “amigo” al cual nunca han visto, ni le han conversado.

Pensando si el Club de Investigación Tecnológica debería ser considerado líder de pensamiento, concluí que no. El Club, en sí, no es un líder, sino una organización que estimula, promueve y facilita el liderazgo de pensamiento. Los conferencistas e investigadores del Club, ciertamente ejercen este tipo de liderazgo, pero el Club no.

Las grandes consultoras globales invierten cuantiosas sumas en investigaciones, luego las publican, la mayoría de las veces sin costo, para establecer su liderazgo. Un ejemplo es la presentación de Rebeca Benavides, de Deloitte, el mes pasado, de los resultados del estudio global Viaje hacia la transformación digital del Gobierno.

Entrevistaron a 1.200 funcionarios en 70 países. Algunos de los resultados son bastante obvios, como que el 76 % considera que la tecnología digital tiene un efecto disruptivo en el sector público; otros no tanto, como que el 69 % considera cree que las capacidades digitales de su organización están atrasadas con respecto al sector privado.

Hasta ahí, la presentación es interesante, pero no para catalogarla de liderazgo de pensamiento. Luego, caracterizan la madurez digital en cinco variables (estrategia, liderazgo, habilidades de la fuerza laboral, enfoque en el ciudadano y cultura) y, por medio de preguntas indirectas, identifican el grado de madurez digital de las organizaciones gubernamentales de acuerdo con las características mostradas en esas cinco variables. Conclusión: se debe avanzar en las cinco variables para alcanzar la madurez.

Así se hace

Dicho estudio me pareció un buen ejemplo de cómo, iniciando con algo tan sencillo como una encuesta, se termina aportando ideas y conocimiento muy útiles para, en este caso, la transformación digital del Gobierno.

Un buen ejemplo de liderazgo de pensamiento porque nunca pretenden ser dueños de la verdad, sencillamente son rigurosos en su enfoque del problema (la digitalización estatal), y tampoco se limitan a identificar el problema en todas sus dimensiones: proponen posibles enfoques a la solución, presentan un buen argumento y un buen ambiente para la discusión (como de hecho sucedió en la reunión del Club).

El mismo análisis me llevó a concluir que ni TED ni TEDx son líderes de pensamiento, pero sus expositores deben serlo. “Ideas que vale la pena difundir” es la misión de ambas. Compartir ideas valiosas, de una manera no solo interesante, sino también entretenida es, sin duda, una forma de ejercer un fuerte liderazgo de pensamiento, en este caso ejercido por personas, no organizaciones.

El próximo 4 de abril tendrá lugar el décimo TEDxPuraVida, contaremos con 16 líderes de pensamiento, quienes difundirán ideas valiosas, de manera amena y agradable. Independientemente de si estamos de acuerdo con ellos y sus conclusiones, o no, igual nos beneficiaremos de planteamientos innovadores y rigurosos.

Como ya es costumbre, se abarcarán los más diversos asuntos: salud, nutrición, cómo educar para la incertidumbre del futuro, la tecnología en salud y la educación, la creación de monedas sociales con nuevas tecnologías, el aprovechamiento de tecnologías para generar energía sin emisiones, la relación entre la felicidad y la excelencia, entre muchos.

Se llevará a cabo en el Auditorio Nacional y el sitio web del Sinart lo transmitirá. Quienes asistimos al Auditorio contamos con la ventaja de poder discutir entre nosotros y con los expositores durante los descansos largos, necesarios para tal efecto.

Artículo publicado en el periódico La Nación

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